jueves, 17 de diciembre de 2015

Todos consumimos drogas

¿Quien puede decir con honestidad que no usa drogas? No estoy hablando necesariamente de las drogas así llamadas ilegales, como la marihuana o los psicodélicos. El alcohol es una droga. La nicotina es una droga. La cafeína es una droga. La aspirina es una droga. Y muchos niños toman Adderall y muchos de sus padres, y abuelos, Viagra. Hay drogas para mantenerse despierto, drogras para dormir, drogas para aliviar nuestro dolor y curan enfermedades. No puedes ver mucho la tele sin que pase un anuncio de alguna droga. Algunas drogas han estado con nosotros miles de años mientras que hay más modernas que recién han sido descubiertas y creadas todo el tiempo. Y aún así la mayoría de las personas no se ve a sí misma como usuario de drogas.
Las drogas son una parte de la vida, pero es la manera en la cual hablamos de las drogas en nuestra sociedad lo que es muy problemático. Hacemos distinciones de acuerdo al estatus legal de las drogas y la mayoría de las personas ni siquiera se cuestiona porque ciertas drogas son ilícitas. A las drogas legales se les llama “medicinas” y a las ilegales “substancias intoxicantes”. Pero las drogas legales como el tabaco y el alcohol provocan muchas más muertes que lo que hacen las drogas ilegales al año. Y la mayoría de las drogas ilegales fueron legales en algún momento de su historia. Si tú o alguno de tus padres es una persona mayor, ir a la farmacia quizás les era más bien conocido como ir a la droguería.
Muchas personas se sorprenden al descubrir que muchas drogas legales son lo mismo que las drogas ilegales. ¿Sabías que los analgésicos de morfina y opioides son esencialmente lo mismo que la heroína, y que el Adderall que les recetan a nuestros jóvenes es virtualmente lo mismo que una anfetamina? Observe lo que el Dr. Carl Hart tiene que decirnos - hay tanta desinformación allá afuera y él lo puede explicar mejor que yo.
Con esto no quiero decir que el uso de las drogas no pueda tornarse problemático para algunas personas. De acuerdo al Dr. Hart, del 10 al al 20 por ciento de las personas que utilizan drogas batallarán con el mal uso de las mismas. Eso también quiere decir que  un “80 a 90 por ciento de las personas que usan drogas ilegales no son adictas. No tienen un problema de drogadicción. La mayoría son miembros responsables de la sociedad. Tienen empleo. Pagan impuestos. Son jefes responsables de familia”. Me molesta que podemos sentir compasión por las personas que utilizan drogas legales pero le damos la espalda a aquellas que utilizan drogas ilegales. Por ejemplo, se están recetando los analgésicos con opiáceos de una manera tan indiscriminada que ahora ya existe un nicho de mercado para tratar la constipación del efecto secundario de los opiáceos y sin embargo, a las personas que utilizan heroína se les estigmatiza y se les persigue criminalmente por su uso de estos opiáceos y es imposible en México convencer a los legisladores a expandir el uso de la droga salvadora Naloxeno así como de jeringas estériles a estas personas para su recuperación saludable. ¿Por qué estamos tratando a estas personas de una manera diferente, discriminatoria? ¿Qué nadie se da cuenta que una gran cantidad de las personas que utilizan la heroína lo hace por una adicción que se inició con analgésicos opiáceos que una vez fueron consumidos con receta médica? Nuestra política de drogas debería de inspirarse en un modelo de la Salud Pública y no de uno de persecución criminal. Portugal es el mejor ejemplo en este momento sobre cómo lograr esto con efectividad.
Puedo comprender porque las personas no quieren identificarse como usuarios de drogas; existen daños colaterales y un estigma enorme sobre este tema y solo para unos cuantos existe el privilegio para hacerlo. Pero esto debería hacer que los lectores reflexionen y piensen: “¿Qué tal si las drogas de las cuales dependo se declararan ilegales?”

Si todos aceptamos que usamos drogas, entonces tendremos una mayor compasión hacia las personas que están batallando con su mal uso. Comprenderemos porqué no tiene sentido arrestar a las personas por el simple hecho de tener la posesión de las drogas y porqué debemos dar por terminada esta lucha interminable y fallida en contra de las drogas.

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